Estrategias de la imaginación

Resumen en la contraportada

En Estrategias de la imaginación Alfonso Vázquez pone las bases para una nueva aproximación al concepto de trabajo y de organización desde la centralidad que adquiere el conocimiento, desde donde las concepciones vigentes de poder y propiedad quedan dinamitadas. Desde aquí, empieza a recorrer un camino que sienta las bases materiales de la crítica de estas concepciones y, con ello, del orden establecido.

Los planteamientos de este libro suponen un cambio de paradigma, radicalmente distinto de los conceptos dominantes con que se aborda la comprensión de (y la acción sobre) las organizaciones. No es un libro recomendable para los que busquen soluciones simples a los problemas y desafíos actuales. Tampoco existen tales soluciones. Pero es indispensable para todas aquellas personas que quieran reflexionar y abrir vías de exploración que nos permitan pensar y percibir de manera diferente para avanzar realmente hacia unas sociedades más libres, justas y humanas.

Reseñas y Críticas

Enlaces de interés

Curiosidad

El libro contiene una pequeña errata: la supresión del primer párrafo de la Introducción. Transcribimos los dos primeros párrafos de la Introducción a modo de subsanación:

En la frontera entre el siglo XX y el XXI se publicó mi, hasta ahora, último libro: “La imaginación estratégica”. En él trataba de explorar el significado de los conceptos emergentes en nuestras empresas y sociedades enfocados desde ópticas poco habituales en la teoría imperante del management; constituía, así, un intento de exploración y, como tal, quedaba sujeto a nuevos desarrollos y nuevas incursiones en los conceptos estudiados. Era lógico, pues, que una vez finalizado lo reiniciara para incluir nuevos campos y nuevos enfoques.

Lo que tal vez entonces me fue difícil visualizar era la profunda y caótica transformación que iban a vivir nuestras sociedades en este principio de siglo. Casi de golpe, todas las crisis se activaban, adentrándonos en un mundo caótico que no pude imaginar en “La imaginación estratégica”. Así, múltiples fenómenos se entrecruzaban para dibujar un panorama inquietante: Las profundas transformaciones del trabajo y del trabajador entraban en contradicción flagrante con las tendencias económicas manifestadas en la esfera financiera; el conocimiento, convertido en factor masivo de producción, chocaba contra las estructuras clásicas del mundo empresarial, social y político; Estados Unidos y sus aliados declaraban “la guerra permanente” e invadían Afganistán e Irak, sembrando el caos y la destrucción; mientras proseguía una parcial globalización en la esfera financiera, aparecían en la esfera social el movimiento de los movimientos en la red de redes; escándalos financieros sin precedentes convulsionaban a la opinión pública, a los pequeños inversores y, dicho sea de paso, a aquellos académicos que habían colocado a los defraudadores como ejemplo de gestión excelente en sus libros; mientras la riqueza se incrementa en el mundo, las imágenes de los noticiarios están plagadas de pobreza extrema, desolación, destrucción y muerte.