Te invitamos a reflexionar y debatir sobre esta cuestión.
La regresión suele ser una reacción bastante natural en tiempos de crisis: la situación se hace complicada y buscamos refugio en un estadio anterior donde nos habíamos sentido más seguras-os. Se trata de un proceso psicológico recurrente a lo largo de nuestras vidas, que tiene su origen en la seguridad que nos proporcionaba el cobijo materno.
Cada día oímos –nos cuentan– ejemplos sobre organizaciones que se vuelven más jerárquicas, más machistas, más orientadas al control, más burocráticas, más rígidas, etc.
Esto nos podría hacer pensar que la regresión o involución es la vía de salida de la crisis, que es lo que la crisis necesita para ser combatida, ya que es la reacción “natural” de muchas personas. Sin embargo, la intuición nos dice que eso no es así; y comprobamos una y otra vez que estas actitudes no son ninguna salida; que son, a lo sumo, un mero refugio de alguien en busca de sus propias zonas de seguridad, pero que no proyectan hacia una situación más deseable.
Frente a estas opciones “regresivas”, también nos encontramos con otras actitudes, quizá demasiado poco habituales, que se orientan no sólo a mantener sino a desarrollar como nunca antes, la autonomía de las persona y de equipos.
¿De qué forma crees que sirve la autonomía para hacer frente a la crisis? ¿Es o no tiempo para desarrollar la autonomía?
Esta invitación a la reflexión y al debate se enmarca dentro de la iniciativa arbela: el próximo 10 de febrero tendrá lugar una prometedora jornada titulada Tiempo de crisis, tiempo para la autonomía en la empresa y en el trabajo. Si quieres participar en el debate en arbela, pincha aquí (para participar deberás registrarte).
Ciertamente, nos queda poco espacio donde buscar soluciones dentro de la «lógica» de la crisis; es necesario poner a trabajar la imaginación estratégica, desentrañar los fundamentos y consecuencias de la lógica con la que operamos, y crear nuevas lógicas, aquellas que puedan responder al reto de construir sociedades más prósperas, más sostenibles y más justas.
La buena noticia es que no es imposible: Tenemos a nuestro alrededor empresas que lo están haciendo, que llevan tiempo haciéndolo, y que están siendo capaces de superar la crisis. En todas las que conozco, la práctica -no tanto el discurso- de la autonomía ha estado muy presente.
Pero no es fácil gestionar en tiempos difíciles con conceptos contraintuitivos; por ello, estos foros de Arbela, virtuales y presenciales, pueden ser una magnífica oportunidad para compartir nuevas ideas y nuevas lógicas que ayuden definitivamente al crecimiento de nuestras empresas y a la creación de empleo de calidad.