Sobre innovación y antropología
En un curioso artículo publicado en el diario LA VANGUARDIA el 19-3-05, titulado “¿Ingenieros o antropólogos?”, Manuel Castells viene a proponer que la competitividad de los países de vieja industrialización
En un curioso artículo publicado en el diario LA VANGUARDIA el 19-3-05, titulado “¿Ingenieros o antropólogos?”, Manuel Castells viene a proponer que la competitividad de los países de vieja industrialización
Mientras en nuestros ámbitos educativos tengamos nuestros tiempos de trabajo sujetos a la medida de la tarea, al alquiler de la fuerza de trabajo, al programa de producción, y sólo una escasa porción del tiempo –adicional, marginal, especial– sea tiempo de creación, de comunicación, de cooperación, estamos cogidos en una trampa –por muy buenas intenciones e ideas que tengamos… Leer más
La emergencia del conocimiento como factor masivo de producción y conformador, por tanto, de nuevos potenciales sociológicos y políticos, anuncia el fin de una era civilizatoria, cruzada por múltiples convulsiones:
Nos adentramos velozmente –aunque no sin contradicciones– en lo que se ha venido a llamar, genéricamente, economía –y sociedad– del conocimiento. Las aproximaciones más habituales al tema reducen su impacto
La transformación fundamental de nuestra era viene dada por la conversión del conocimiento en el factor masivo de producción. Al ser el conocimiento un atributo estrictamente personal –inseparable de la
El presente artículo forma parte del libro «La empresa participativa: una visión sobre el papel de las personas en las organizaciones», coescrito por las personas participantes en el Foro de Intercambio de Experiencias de Empresas Participativas que tuvo lugar en el País Vasco en el año 2003. El autor hace notar la redundancia o, mejor dicho, la falacia subyacente, al concepto de empresa participativa, ya que, toda empresa es, por su propia definición, participada. Leer más
Los cambios de era presentan acentuados signos tanto de creatividad como de convulsión, de forma que sus desarrollos futuros no pueden ser adelantados y casi nunca imaginados. Por ello, la
Todo intento de pronosticar el futuro conlleva en su seno la certeza de su fracaso. Lo máximo a lo que podemos aspirar los seres humanos es a imaginar un futuro